En las últimas jornadas la relación entre la FIA y la FOTA se ha puesto mucho más tensa si cabe. Las últimas noticias que surgen invitan a pensar que el año que viene tendremos dos competiciones independientes, la primera bajo supervisión de la FIA, que seguirá denominándose Formula 1 y la segunda sin nombre aun, al amparo de los equipos que forman la FOTA.
Este hecho ha generado en nosotros, humildes blogers, una inquietud que puede extenderse a todos los medios que cubren este deporte y que se refleja en esta pregunta ¿Sobre que competición hablaremos o informamos el año que viene? Podemos seguir hablando de Formula 1, hablar de la nueva competición, de ambas o rompemos con esto y nos pasamos al motociclismo o DTM.
La última opción sería la que quizá menos nos gustaría. Somos aficionados al motor en genera y cualquier cosa que corra más que una bicicleta llama nuestra atención. Sin embargo pasarnos al DTM o el motociclismo nos permitiría hablar más de reglajes, evoluciones, pilotos y circuitos y menos sobre cambios de normativas, piezas legales o ilegales, reclamaciones, reuniones de organismos, pactos de la concordia, demandas entre unos y otros, recursos de esas demandas, y un largo etcétera de cosas que, por si no os habéis dado cuenta, nos tiene un poco hartos.
Sin embargo, queremos seguir hablando de Formula 1, ese deporte del motor que nos apasiona más que el resto. Hasta ahora preferíamos hablar de este deporte antes que de otros, pero cada día nos quedan menos ganas porque vemos que solo interesa el politiqueo y los negocios en lugar de primar los intereses de los aficionados que, al final, son los que mantienen el circo en movimiento, y de los equipos que, con sus desarrollos, innovaciones y estrategias han contribuido a hacer de la Formula 1 lo que es hoy en día (o lo que ha sido hasta hace poco).
No sabemos muy bien como terminará todo, si tendremos 2 competiciones, si finalmente llegarán a un acuerdo o si tendremos que seguir esperando (siendo esto lo más probable) porque las partes sigan discutiendo y dilatando una decisión definitiva. Lo que si sabemos es que todo esto está haciendo mucho daño a la imagen de la Formula 1. El interés por las carreras es menor cada día y nadie hace nada para remediarlo. No perdemos la esperanza en este deporte aunque él (o más bien su gente) se empeñe en pedirnos lo contrario.
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